El Despecho
Cuando una relación termina, se experimenta un profundo dolor en las emociones y los sentimientos. Es similar a lo que ocurre al fallecer un ser querido, porque de una u otra manera se pierde una parte de uno mismo. La persona que no desea acabar con la relación experimenta una dura experiencia, penosa y amarga, que puede producirle desesperación y alterar su ánimo drásticamente debido al resentimiento, la frustración y la rabia.
Las personas que pierden a un ser querido, como un familiar o un amigo muy cercano, deben superar el duelo que causa dicha pérdida. Por su parte, aquellos que sufren despecho lo que tienen es un resentimiento causado por el desengaño. Esta mala voluntad hacia quien antes era querido y ha pasado a ser odiado puede llevar a la desesperación, la obsesión y un deseo de venganza. Esto no ayudará a superar la pérdida, sino que se utilizará como excusa para mantener una relación falsa con la persona antes amada, y se alimentará de un amor insano que sólo perjudicará a quien sufre el despecho. Por eso lo que hay que hacer es superar la pérdida con la mayor rapidez, como si se tratara de una persona que ha fallecido.
La pérdida sufrida, en primer lugar, produce un gran impacto en la persona. Se experimenta angustia, sensación de abandono e incluso pánico, que pueden hacer que se confunda la realidad y se intente arreglar la situación sin que uno se de cuenta de que por lo general el desamor no puede ser recuperado. Ese impacto inicial puede generar sensación de culpa y pensamientos negativos hacia uno mismo, y hay que saber manejar la propia indulgencia como el perdón a la ex pareja.
Una vez que se logra asumir la pérdida, aparece un estado de depresión y tristeza, en el que el ánimo para llevar a cabo las tareas habituales cae. Esto dura hasta que se pasa a la siguiente etapa, que es la de aceptación de la situación y resignación.
Lo fundamental es intentar volver a la normalidad lo antes posible, y relacionarse con los demás. Esto es algo que cuesta, pero si nos aislamos lo único que conseguiremos es centrarnos en el pensamiento único de la relación fracasada.
Durante los momentos de rabia es necesario no dejarse llevar por ningún deseo de venganza ni por el odio. Lo mejor es frecuentar a seres queridos, ya sean amigos o familiares.
La manera de salir del despecho es reestructurar nuestra vida y ponernos nuevas metas. Debemos aceptar que, al igual que el duelo y el despecho, también existe el lado opuesto, y que aunque en ocasiones pasemos por conflictos, desgracias, y suframos, también se logra la felicidad, la alegría, y los momentos de esperanza y satisfacción. La forma de salir del desamor es, precisamente, con más y más amor.